Luces y sombras del Internet ilegal
“Los fascistas tienen los recursos, nosotros la imaginación. Estamos en una era tecnológica y desarrollamos las herramientas para recuperar la soberanía. Cuando hacemos un fuck you al sistema, rompemos con ese dominio. Es hora de que la clase tecnológica recupere el poder”.
Deep Web fue pensado originalmente como documental para explorar esa zona oculta de internet llamada DarkNet. La Deep Web es cientos de veces más extensa que la superficie (nuestro internet) y representa todo el contenido no indexado de la red. Se accede mediante un software llamado Tor. El anonimato que ofrece este lado oscuro hace que quien habita la DarkNet (la zona de más privacidad de la Deep Web) sean gentes de todo tipo. El documental tiene dos partes bien diferenciadas, por un lado se centra en explicar qué es Silk Road y el tipo de comunidad que se creó a partir de esos foros. Keanu Reeves, reconocido defensor del uso de las bitcoins, es el encargado de poner la voz en off en esta primera parte en la que además se cuenta con el testimonio de ciber-encriptadores, anarquistas digitales y el FBI. Hay que destacar la figura de Andy Greenberg, el periodista de Forbes que llegó a entrevistar digitalmente a Dread Pirate Roberts, dueños de Silk Road. La segunda parte es la dedicada a narrar el proceso de detención y juicio de DPT/Ross Ulbricht y las irregularidades que se han sucedido en el desarrollo del mismo. Pero vayamos por partes:
¿El gran mercado de la delincuencia?
El interés de Greenberg, fascinado por la comunidad que se había generado, le llevo a solicitar a los cabecillas de Silk Road, Dread Pirate Roberts, una entrevista. Compartiendo tratados económicos y filosóficos, se convirtieron en uno de los colectivos más influyentes. Tras un año intentando convencerle, uno de ellos accedió a hablar con él por mensaje. En estos intercambios DPR le hace partícipe de su agenda política, se ve como un libertario radical, administrador de una comunidad digital anarquista fuera del alcance del poder y control estatal. Se trata de defender nuestros derechos dice, y Silk Road es el vehículo para ello.
El fin de Silk Road, ¿también fue ilegal?
Desde el nacimiento de Silk Road, los agentes de las agencias nacionales han estado dentro, infiltrados, siguiendo el rastro de los administradores y de los usuarios del mercado. Para cerrarla han interceptado mensajes, han usado sus propios códigos encriptados y, evidentemente, han usado hackers. Gracias a unos mensajes cruzados en los foros y unos envíos interceptados tras dos años de persecución, detuvieron a Ross Ulbricht como el hombre detrás del pseudónimo de DPR. La paradoja de la detención de Ulbricht reside en los métodos usados para llevar a cabo el encarcelamiento y cierre Silk Road. ¿Hackeó el FBI los servidores islandeses sin una orden judicial incurriendo en un delito? Y no solo eso, las agencias estatales, como señala el abogado de Ulbricht, pueden haber violado la cuarta enmienda de la constitución para encarcelarlo.
Pero esto no ha terminado. Toda esta comunidad de ciberpunks y critpto-anarquistas surgidos en Silk Road y al abrigo de la Deep Web, están tratando de cambiar la forma en la que funciona y nos relacionamos en Internet. Como señalan a lo largo del metraje, una vida observada no es una vida completamente libre. La zona de privacidad es un valor esencial humano y la tecnología puede tanto habilitar como deshabilitar ese espacio. Según ellos mismos:
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