viernes, 27 de noviembre de 2015

¿Por qué Turquía derribó el avión ruso?

¿Por qué Turquía derribó el avión ruso?

Siria es la respuesta. Turquía y Rusia mantienen vínculos energéticos y comerciales vitales para ambos. Ankara importa el 60% del gas que consume del país eslavo, que se ha convertido en un mercado clave para varios sectores de la economía turca, incluyendo la agricultura, la construcción y el turismo. Moscú planea construir un gaseoducto hasta Turquía, a lo que se suma la propuesta rusa para erigir su primera planta nuclear. Pero, cuando se trata de Siria, Moscú y Ankara son enemigos irreconciliables.
Desde que estalló la guerra civil en el país vecino, el presidente Recep Tayyip Erdogan ha suministrado asistencia a grupos rebeldes que combaten al régimen de Bashar al Asad. Debido a sus ambiciones anti-Asad, Ankara también ha hecho la vista gorda con los combatientes extranjeros que atravesaban la frontera turca para unirse a las diversas milicias que luchan en Siria, lo que ha permitido al autodenominado Estado Islámico engrosar sus filas. Cuando, tras años de doble juego, Turquía se unió finalmente a la coalición internacional contra ISIS que lidera Estados Unidos, comenzó su campaña de ataques aéreos golpeando a la fuerza que considera una amenaza directa, los rebeldes kurdos, respaldados por Washington, como parte de su actual batalla para reprimir lasambiciones independentistas kurdas en su territorio.
"Desde que se produjo el primer aviso hasta el disparo que derribó al cazabombardero, pasó el tiempo suficiente para que la orden recorriese toda la cadena de mando. No creo que esto haya sido un accidente. Creo que ha sido un juego de quién es más fuerte que salió mal. Todo se debe en realidad a Siria. Ambos países apoyan a facciones opuestas. Ha habido mucha tensión en torno al suceso, pero no deberíamos exagerarlo", señala a 'Vocativ' Howard Eissenstat, experto en Turquía de la Universidad St. Lawrence de Nueva York.
Moscú, por su parte, ha centrado sus ataques aéreos en las milicias islamistas opositoras apoyadas por Ankara para apuntalar las ofensivas terrestres lanzadas por el régimen de Asad o detener el avance de los rebeldes hacia los bastiones alauítas, y no en el Estado Islámico, como sostiene el Kremlin. Erdogan, cuya solución al conflicto sirio pasa inevitablemente por que una entidad suní controle Alepo, la ciudad que fue el corazón industrial de Siria, debe sentirse sumamente frustrado con la intervención rusa para evitar la caída de Asad.
El que ambos países se alineen con bandos opuestos en el conflicto significa que un choque de este tipo era inevitable, sostiene Michael Stephens, director del 'think-tank' Royal United Services Institute, con base en Qatar. "El avión derribado es simplemente un reflejo de un problema mucho mayor (...) Pero nadie quiere que estalle una guerra entre dos actores en la región tan obstinados. Hay mucha presión más allá de las relaciones bilaterales para calmar la tensión actual", señala.
Rusos protestan ante la embajada turca en Moscú por el derribo del cazabombardero. (EFE)© Proporcionado por El Confidencial Rusos protestan ante la embajada turca en Moscú por el derribo del cazabombardero. (EFE)

La respuesta de Rusia

Mientras, Rusia ha reforzado su presencia militar en Siria. Moscú anunció ayer quedesplegará sistemas de misiles antiaéreos S-400 en una base ubicada a 30 kilómetros de la frontera con Turquía para proteger sus aviones de combate. Este sistema de defensa de última generación se suma al acorazado 'Moskvá'buque insignia de la flota rusa del mar Negro, que navegará en las aguas cercanas a la provincia siria de Latakia para apoyar con sus baterías antiaéreas Fort a los cazabombarderos que operan en el país.
Ayer, cuando aviones de combate rusos castigaban con dureza el norte de la provincia siria de Latakia, el área donde fue derribado el cazabombardero Su-24, Moscú tachó de "acto premeditado" el ataque de los cazas turcos. "Tenemos suficiente cantidad de información que confirma que fue un acto premeditado, planeado de antemano. Esto se parece mucho a una provocación", aseguró Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en rueda de prensa. "Algunos de nuestros socios que se pusieron ayer en contacto con nosotros nos dijeron que se trató de una evidente emboscada. [Los turcos] Estaban esperando, al acecho, y buscaban un pretexto", subrayó.
No obstante, Lavrov también manifestó: "No tenemos intención de combatir con Turquía, ya que la relación con el pueblo turco no ha cambiado. Los problemas los tenemos con las acciones de las actuales autoridades turcas", que, según Moscú, promueven la islamización del país. Lavrov también tuvo buenas palabras para la iniciativa de cerrar la frontera entre Siria y Turquía para evitar el flujo de yihadistas y su financiación -Rusia acusa a Ankara de ser "cómplice" de ISIS-, propuesta este martes por el presidente francés, François Hollande, en su reunión con el mandatario estadounidense, Barack Obama.
Sirios-estadounidenses protestan por la intervención rusa en Siria ante el consulado ruso en Santa Mónica, California. (Reuters)© Reuters Sirios-estadounidenses protestan por la intervención rusa en Siria ante el consulado ruso en Santa Mónica, California. (Reuters)

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